Equipo de electroforesis: la proteína o el ADN se agrega en un pocillo y con un campo eléctrico se separan las hebras según su tamaño o peso molecular.

martes, 13 de abril de 2010

Herchey y Chase y los virus T2

En 1952, Hershey y Chase estaban estudiando el ciclo de vida del bacteriófago T2 con la técnica de marcación isotópica. Se sabía que el virus llevaba a la célula infectada información nueva, en el sentido de que le indica a la célula que debe cesar su reproducción y , en vez de ello, debe fabricar nuevas partículas de virus. Dado que el T2 esta compuesto casi completamente de ADN y proteína, el objetivo era determinar el destino del ADN y la proteína durante la infección. Cuando se hacían crecer células infectadas por T2 en presencia de S35, se producían partículas de T2 con proteína marcada. Similarmente, cuando las células infectadas con T2 se hacían crecer en presencia de P32, se producían partículas con ADN marcado. Con el fago radiactivo, los investigadores encontraron que casi toda la proteína permanecía afuera de la célula infectada y que podía ser separada por la agitación violenta en una mezcladora domestica sin que se interrumpiera la infección. Por otra parte, se mostró que el ADN del fago entraba en la célula infectada. Dado que los genes de una partícula T2 pueden controlar la maquinaria metabólica de una célula infectada, dedicándola a la tarea de producir nuevos bacteriófagos T2, se deduce que si es el ADN del fago, y no su proteína, lo que entra al hospedador, el ADN debe llevar información genética.

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